Pregunta de práctica para el ensayo del GED 2
El examen GED de Razonamiento a través de las Artes del Lenguaje incluye una práctica de respuesta extendida de 45 minutos. En esta sección, deberá leer dos artículos con puntos de vista opuestos sobre un mismo tema y redactar una respuesta explicando cuál de las dos posturas está mejor sustentada.
A continuación se muestra un ejemplo de pregunta de práctica del GED. Asígnese 45 minutos para leer ambos textos, revisar la consigna, planear su argumento, redactar y revisar su práctica. Al finalizar, haga clic en “Enviar” para recibir una calificación de 0 a 6, junto con comentarios de retroalimentación para mejorar su desempeño.
Lea los dos artículos que aparecen a continuación y después responda la consigna ubicada debajo de ellos.
Dormir más es ciencia
La escena nos resulta familiar: adolescentes que se quedan dormidos sobre el escritorio, incapaces de concentrarse en lo que dice el maestro. Ha sido un problema desde hace años, pero no tiene por qué seguir siéndolo. Empezar las clases más tarde es mejor para los estudiantes, los maestros y los padres.
Los estudios sobre el sueño han demostrado que los ritmos circadianos cambian a lo largo de la vida. Aunque los adultos suelen sentirse mejor al acostarse temprano y levantarse al amanecer, el ritmo circadiano de un adolescente está mejor sincronizado con una hora de dormir cercana a la medianoche y una hora de despertarse alrededor de las 8. Las escuelas que hacen sonar la campana de entrada a las 7:15 van en contra de las necesidades biológicas de sus estudiantes.
Además, los estudios sobre escuelas que han retrasado su hora de inicio han demostrado los beneficios tanto en el aula como fuera de ella. Un metaanálisis publicado por la Academia Estadounidense de Pediatría encontró que los estudiantes con horarios de entrada más tardíos mostraron mejoras en su salud social, cognitiva, conductual y física. Otro estudio publicado en el Journal of School Health descubrió que las horas de entrada más tarde incluso se correlacionaban con mejores calificaciones y menores tasas de accidentes automovilísticos.
Hay ciencia detrás del estereotipo del adolescente que se acuesta tarde y duerme hasta tarde: su reloj biológico así lo exige. Podemos atender mejor sus necesidades ajustando los horarios escolares a sus ritmos circadianos, y no es necesario preguntarnos si esto solo funcionaría en teoría. Los estudios ya demuestran que los beneficios de permitir que los adolescentes duerman más son enormes.
Levántense y brillen
La falta de disciplina afecta a los adolescentes estadounidenses, y en lugar de hacer todo lo posible por prepararlos para el éxito en su vida futura, reforzamos sus conductas problemáticas. Esto se refleja claramente en las leyes aprobadas por estados como Florida y California, que retrasan el horario de inicio escolar a pesar de décadas de precedentes. La evidencia demuestra que estamos complicando los horarios familiares solo para que los adolescentes puedan quedarse despiertos hasta más tarde revisando las redes sociales.
Muchos estudios citados por los defensores de los horarios escolares más tardíos pretenden mostrar la “ciencia” detrás de modificar los horarios, pero estos datos parten de una interpretación equivocada del problema. Es cierto que el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) ha encontrado que solo el 30% de los estudiantes de preparatoria duerme lo suficiente, y que numerosos estudios han relacionado la falta de sueño con la obesidad, el consumo de sustancias, los trastornos mentales y el bajo rendimiento académico. Sin embargo, está claro que el problema de fondo no es la hora en que comienzan las clases, sino la cantidad de horas que los estudiantes duermen. Los jóvenes deciden acostarse tarde, aun sabiendo que deben levantarse temprano.
Además, existe amplia evidencia de que lo que realmente les roba horas de sueño es el tiempo perdido sin sentido en las redes sociales o en internet. En un estudio a largo plazo publicado en el International Journal of Environmental Research and Public Health, los investigadores señalaron que “los estudios transversales han demostrado de forma consistente que la frecuencia en el uso de redes sociales está asociada con diversos problemas de sueño entre los adolescentes”. También añadieron que “las actividades en línea (por ejemplo, chatear) justo antes de dormir pueden provocar excitación emocional, mental y/o fisiológica, lo que a su vez puede generar más dificultad para conciliar el sueño y una menor calidad del mismo”.
En pocos años, los adolescentes ingresarán a un mundo en el que deberán ser disciplinados, responsables e independientes. El trabajo y las obligaciones de la vida adulta cotidiana no se ajustarán a sus hábitos ni les permitirán evitar las consecuencias de la falta de disciplina. La ciencia indica que los estudiantes necesitan dormir más, y deberíamos atender esta recomendación fomentando hábitos adecuados de autocuidado y límites en el uso de la tecnología, en lugar de trasladar la carga del horario a los padres modificando las horas de inicio escolar.
Analice los argumentos presentados en cada uno de los dos artículos.
En su respuesta, desarrolle un argumento en el que explique por qué una de las posturas está mejor fundamentada que la otra. Incorpore evidencia relevante de ambos textos para sustentar su argumento.
Recuerde: la postura mejor argumentada no es necesariamente aquella con la que usted esté de acuerdo. Esta práctica debe completarse en 45 minutos.
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